Empresa y sociedad
Ph.D. Profesor titular Cátedra de Capital Humano Embotelladora Andina ESE-Universidad de Los Andes
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Rafael Mies
La semana pasada tuvimos el privilegio de escuchar distinguidas ponencias en el seminario Empresa y Sociedad realizado en el ESE, la escuela de negocios de la Universidad de los Andes y organizado en conjunto con la prestigiosa Academy of Management.
Comprometidos empresarios, académicos y autoridades del sector público nacional e internacional, se dieron un espacio para proponer y debatir seriamente sobre el rol de la empresa en el nuevo contexto social donde hoy se encuentra inmersa.
El seminario tuvo tal impacto que ya esta semana apareció una columna en la revista Forbes alabando la calidad del mismo y dejando de pasada muy bien puesto el nombre de Chile como anfitrión de este tipo de encuentros.
Mención especial fue la conferencia del cardenal Peter Turkson, presidente del Pontificio Consejo para la Justicia y la Paz del Vaticano, y para muchos el brazo derecho del Papa Francisco en muchas materias.
En términos muy simples, y alejado de toda ideología que pudiese tratar de llevar estas ideas a sus molinos, el cardenal propone entender el rol de la empresa en tres sentidos esenciales; a saber:
La responsabilidad de producir "buenos bienes" o good goods, la responsabilidad de proveer un "buen trabajo" o good work y la capacidad de producir bienestar social o good wealth.
Producir "buenos bienes" plantea el desafío de la elección de un buen objeto social a la empresa. En ese sentido, señala que distinto es una empresa que produce salud, seguridad, conectividad a otra cuyo objeto puede ser simplemente promover apuestas a algún tipo de vicio.
Por su parte proveer un buen trabajo (good work), significa permitir que el trabajo sea una fuente de realización personal y desarrollo de los talentos de cada persona. Al tomar conciencia que una gran mayoría dedica lo mejor de su vida al trabajo, es este un principio fundamental de realización personal. También, las empresas cuando invierten en tecnología y medios productivos modernos hacen más eficaz la labor humana y, por lo mismo más gratificante.
Por último, crear bienestar. Esta es la mirada de largo plazo que plantea el cardenal Turkson. En efecto, es la empresa la que principalmente va creando las condiciones de una sociedad de mayor bienestar futura. Más allá del aporte de los bienes de consumo, que serán la base de la subsistencia de las generaciones actuales y venideras, las empresas crean esencialmente externalidades sociales. Cuando las externalidades son positivas la sociedad como conjunto crece, pero cuando por el contrario son negativas el tejido social se resiente severamente.
Qué buenas y refrescantes fueron las palabras del cardenal Turkson, sobre todo en un momento de nuestro país en que el debate acerca del trabajo y las empresas está a un nivel menos que mediocre, intervenido con demasiada frecuencia por sectores políticos mezquinos, que lejos de pensar en el bien social, siguen debatiendo en el beneficio de corto plazo de unos votos más o menos.